Blogia
Yegor Varela - Koaderno Irekia

Narración

EL MISTERIO DE LA CASA DEL TERROR

 

Esta historia transcurre en un sitio que todos conoceréis. Este sitio es Nueva York. Como todos los días, mis amigos y yo quedamos en Central Park para dar una vuelta. Normalmente, nos solemos quedar allí pero ese día Nati propuso ir a otra zona. Sin pensárnoslo dos veces, comenzamos a andar hacia allí. Empezó a anochecer y sin darnos cuenta, no sabíamos donde estábamos. Nos paramos a pensar y Laura, exaltada, se quedo mirando a una gran casa abandonada. Mire hacia allí y me di cuenta que esa vieja casa tenia lo menos cien años. Su fachada no se encontraba en muy buen estado pero el porche estaba como recién pintado. Sin más dilación, decidimos entrar. Laura estaba muy inquieta, se le notaba y no hacia más que decirnos que no había sido buena idea entrar allí.

 

Por dentro, la casa estaba llena de polvo y olía a ceniza. Empezamos a revolver todos los cajones. Pero había algo que me llamó la atención en el aparador de la entrada. Era una cajita de color púrpura. Parecía ser de música y decidí abrirla. Al abrirla, una preciosa sinfonía en forma de nana rompió el silencio de aquella casa. Todos estábamos asombrados. Bajo esa misteriosa caja había una pequeña nota. Esto decía aquella misteriosa nota:

 

Cuidado, seguro que sigue allí.

 

 ANONIMO

 

  Esta vez todos hicimos caso a Laura y escapamos de aquella casa del terror. No encontrábamos la salida y dando vueltas sin rumbo. De repente, Nati se quedo de piedra.

 

 Todos mirándola también nos quedamos patidifusos. En la pared de aquella casa se reflejaba una sombra aterradora.

 

 Todos intentaron escapar pero agarre a Nati y le dije que confiara en mi, que nada nos iba a pasar.Entonces, alumbramos con las linternas al supuesto asesino de la casa del terror. No era un hombre, era una mujer de la tercera edad que estaba intentando asustarnos. Todos gritando intentamos escapar de aquella horrible pesadilla, pero la anciana nos dijo que no nos asustáramos. Todos intentamos escapar pero en ese momento, Nati tropezó con una piedra y la extraña viejecita se acerco a ella porque vio que la niña se había hecho daño.

 

  Todos empezamos a gritar creyendo que iba a hacerle algo malo. Sin embargo, le ayudo a levantarse y le pregunto si se encontraba bien. Nos acercamos a ellas y empezó a contarnos su historia.

 

  ‹‹Asusto a los niños porque tuve uno y lo maté accidentalmente. Lo deje solo en la bañera y se ahogó.Desde entonces, alejo a los niños de mi casa para no hacerles daño.>>

   

Aquella fue la noche en que conocimos a esa extraña “asesina” (que resultó ser una viejecita encantadora) en una casa “abandonada”. Todos tenemos que recordar que a veces, las apariencias engañan

0 comentarios